En la actualidad, no existe ningún estudio científico que demuestre que exista una relación directa entre estudiar y la aparición de acné. Por lo menos, no de forma directa.
Lo que sí que es cierto y además está demostrado científicamente es que el estrés y el acné se relacionan de forma directa, de hecho se considera que el acné puede ser consecuencia directa del estrés perjudicial para la salud, ocasionando sobre la piel una serie de reacciones que pueden provocar la aparición del acné.
¿Qué causas relacionadas con los estudios pueden producir acné?
Lo mas habitual, en aquellas personas que se toman en serio sus estudios, es que se genere estrés, ansiedad y cansancio. Estos síntomas pueden verse reflejados en la piel de diferentes formas, con la aparición de arrugas, líneas de expresión, ojeras y acné.
El estrés puede desencadenar reacciones cutáneas que pueden generar acné o profundizar el ya existente.
¿Existen estudios científicos que demuestren estos hechos?
Siempre se ha sospechado una causa directa entre el estrés y el acné, pero no fue hasta el año 2003 cuando se publicó en Archives of Dermatology una investigación científica al respecto. Las conclusiones extraídas de este estudio fueron que ante ciertas situaciones de estrés, existía una mayor incidencia de acné.
Realmente, no se sabe a ciencia cierta cómo se produce el proceso, pero sí ha podido demostrarse que las células productoras de sebo tienen relación con los receptores de las hormonas del estrés. Cuando esto ocurre, la grasa se mezcla con las células muertas de la piel y las bacterias y obstruyen los folículos pilosos, dando lugar al acné.
Cuando una persona tiene una predisposición a padecer acné y experimenta episodios frecuentes de estrés, puede producirse más sebo que obstruye los folículos pilosos para formar el acné.
¿Puede mejorarse la aparición de acné por estrés en los estudios?
Evidentemente, no debe ser el acné el causante de que se abandonen los estudios.
Es preferible afrontar el acné por estrés utilizando técnicas que puedan mejorar o disminuir el estrés y que además de mejorar el acné, pueden ayudar también a mejorar la concentración, los hábitos de estudio y la consecución de objetivos.
Aunque existen diferentes tratamientos para el acné, es importante prevenir la aparición de acné por estrés, poniendo en práctica diferentes técnicas de relajación que ayuden a prevenir la tensión el estrés. Otros factores que intervienen en la aparición del estrés y que pueden solventarse al margen de los tratamientos médicos controlados son una alimentación adecuada que reduzca y a su vez trate el acné. Así lo que conseguimos es reducir la relación directa que existe entre el estrés y el acné, impidiendo su aparición.