Cada día es más frecuente encontrarnos en nuestra consulta con niños que sufren problemas de caída de cabello. En estos casos, médicamente, es fundamental ser muy minuciosos y hacer un diagnóstico muy preciso. Pensemos que es habitual que si nos encontamos con unas placas de alopecia areata en población infantil en la mayoría de las ocasiones, éstas van acompañadas de alguna enfermedad de tipo autoinmune. Por ello es importantísimo un buen diagnostico.
Caso clínico que expongo a continuación:
Paciente: niño de 7 años que presentaba placas de alopecia areata. Al pedir una analítica nos encontramos con los siguientes resultados:
– Alteraciones tiroideas (TSH por encima de normal)
– IgE (inmunoglobulina E alterada por encima de lo normal) propia de pacientes que presentan alteraciones alérgicas.
Gracias a nuestro diagnóstico pudimos derivar a nuestro pequeño paciente al endocrino y al alergólogo para complementar su tratamiento. De nuevo queda demostrado que la medicina no puede parcelarse; hay que entenderla como un conjunto.
Este caso nos permite ilustrar la reflexión que hacíamos en las primeras líneas. Gracias a un diagnóstico concienzudo y preciso se pueden detectar las patologías que acompañan a muchas alopecias infantiles y que, en ocasiones no se muestran visibles.