¿Qué es el acné?
Es una enfermedad común que afecta sobre todo a adolescentes, en una fase complicada de la vida en la que se está afianzando la personalidad propia de los individuos y en la que afrontar cualquier problema de salud puede resultar traumático, y mucho más cuando se trata de una enfermedad “visible”. Las lesiones que produce el acné (espinillas, granos rojos y duros o granos con pus) se localizan en la cara y con menos frecuencia en la espalda, pecho, hombros y cuello.
El acné se produce cuando los orificios que hay en la superficie de la piel (poros), se taponan. Cada poro es una abertura de un folículo, que contiene un cabello y una glándula sebácea. La grasa secretada por la glándula sebácea interviene en la eliminación de células cutáneas muertas y mantiene suave la piel, pero cuando las glándulas producen demasiada grasa, los poros pueden obstruirse, acumulándose suciedad, bacterias y células inflamatorias y produciéndose como consecuencia, el indeseable acné.
¿El acné requiere siempre tratamiento?
Indudablemente sí. Además, es importante que el tratamiento del acné sea personalizado según el tipo de acné y según cada paciente en función de las diferencias personales. El acné no es cosa de la edad, sino una enfermedad y por tanto no se debe esperar a que el problema se resuelva solo. Si se espera una resolución del problema sin tratarlo, el acné puede marcar inestéticamente la cara de una persona y en consecuencia, perjudicar la imagen de la misma. Por ello, es importante un diagnóstico precoz para poder prevenir el desarrollo de marcas y cicatrices, mejorando el estado de la piel y el aspecto físico general.
¿Se puede curar?
Actualmente, podemos decir que todos los tipos de acné son curables, independientemente del tiempo de tratamiento o de la combinación de posibilidades terapéuticas que requiera. Existen tratamientos farmacológicos, por vía oral, personalizados en cada caso, que ofrecen resultados esperanzadores en combinación con otras terapias complementarias como peelings químicos y diversas terapias lumínicas como las luces Led o la terapia fotobiológica con Kleresca.
¿Cuándo debo consultar con mi dermatólogo?
El acné debe tratarse en sus formas iniciales, porque de esta forma podemos evitar la aparición de marcas y cicatrices. El tratamiento precoz puede prevenir estas lesiones posteriores. Es evidente, que los tratamientos serán lagos y mantenidos en el tiempo, y por la edad que suelen tener los paciente, pueden llegar a costar de asimilar, pero realmente, la adquisición de hábitos preventivos y el seguimiento por parte del profesional médico adecuado, puede hacer factible a día de hoy la lucha contra una enfermedad muy frecuente.