¿Qué es la alergia?
Las enfermedades alérgicas son la manifestación en los diferentes órganos del cuerpo de un tipo de respuesta inmunológica conocida como reacción de hipersensibilidad. No sabemos con seguridad por qué ocurren estas reacciones de hipersensibilidad, aunque se ha postulado que inicialmente pudieron servir como mecanismo de defensa antes agentes nocivos al organismo.
En la actualidad, por nuestra forma de vivir, con muchas menos infecciones que nuestros antepasados, una higiene hasta cierto punto exagerada, la exposición a la contaminación y en los últimos años por el cambio climático, nuestro sistema inmunitario “anda un poco despistado” y las reacciones de hipersensibilidad, que deberían ocurrir sólo ocasionalmente y contra agentes extraños, ocurren frecuentemente y contra todo tipo de agentes inofensivos, como son los pólenes, los alimentos o sustancias a los que estamos expuestos en el trabajo. Esto ha dado lugar al aumento del número de personas que sufren alergia, afectando en España a 1 de cada 3 personas.
¿Cómo nos afecta la alergia?
La alergia empeora nuestra calidad de vida de diferentes formas y nos pueden afectar en uno o en varios órganos al mismo tiempo. Las principales manifestaciones de la alergia son:
- Rinoconjuntivitis: los síntomas consisten en picor de ojos y nariz, estornudos, congestión nasal, moqueo, picor de paladar, garganta y oídos. Estos síntomas afectan a la vida cotidiana del paciente, en su trabajo, en la relación con otras personas y sobre todo pueden afectar a la calidad del sueño.
- Asma bronquial: dificultad para respirar, ruidos en el pecho como pitidos, tos persistente y sensación de tener un peso sobre el pecho que le impide respirar. Los pacientes con esta enfermedad tienen una intensa angustia hasta que se les proporciona el tratamiento adecuado, pues sienten que no pueden respirar, que se fatigan con pequeños esfuerzos y que el pecho no se les llena de aire, llegándose a despertar algunas noches por sensación de ahogo.
- Alergia a alimentos y medicamentos: cuando comen el alimento o toman el medicamento al que son alérgicos aparece picor de boca, inflamación de labios, ronchas, dificultad para respirar, dolor de barriga, náuseas, diarrea y vómitos y en los casos más graves pérdida de conciencia e incluso reacciones fatales. En los pacientes con alergia a múltiples alimentos, comer fuera de casa se convierte en un tormento y en el caso de pacientes con reacciones graves puede ser peligroso si no disponen de la medicación adecuada.
- Dermatitis atópica o con eccema de contacto: enfermedad inflamatoria de la piel, con aparición de granitos, descamación, picor y excoriaciones por el rascado, que persisten durante días o semanas. Los pacientes afectados tienen pero calidad de vida, principalmente por el picor que les impide el descanso nocturno, el riesgo de infección de la piel y en el caso del eccema de contacto en muchas ocasiones limita la actividad laboral del paciente.
- Urticaria y angioedema: en la urticaria se produce la aparición de ronchas, también llamadas habones, que aparecen y desaparecen en pocas horas o días aunque vuelven a aparecer en otras partes de la piel; en el caso del angioedema lo que se produce es una inflamación, generalmente de tejidos laxos como párpados, labios, mejillas, manos y pies. La calidad de vida está muy alterada por el intenso picor y por la afectación estética que producen los habones o la inflamación de cara. Las causas pueden ser alergia a alimentos, medicamentos, contacto directo con alérgenos o por el contrario pueden ser debidas a causas no alérgicas como infecciones, cambios de temperatura bruscos, estrés emocional, exposición a la radiación solar y un largo etcétera.
¿Se puede prevenir la alergia?
Prevenir la alergia antes de que se aparezca es muy difícil. Una de las pocas medidas probadas para disminuir el riesgo del bebé de desarrollar manifestaciones alérgicas es la lactancia materna, que previene o retrasa la aparición de la dermatitis atópica.
Una vez que la alergia ha aparecido es muy importante diagnosticarla correctamente y tratarla precozmente, consiguiendo así una disminución de la progresión de la aparición de nuevas alergias.
¿Cómo se diagnostica la alergia?
El diagnóstico de la alergia se basa en el interrogatorio médico que es muy extenso y detectivesco, en el examen físico del paciente y en la práctica de tests cutáneos que pueden ir acompañados de análisis de sangre. En algunos casos son necesarios los tests de provocación que para confirmar el diagnóstico.
Respecto a las pruebas de alergia es importante conocer que no hay una edad mínima ni máxima para realizarlas, sino que se pueden hacer en cualquier momento si los síntomas que presenta el paciente nos sugieren que puede estar sufriendo una alergia.
¿Cómo se trata la alergia?
- Evitación de la sustancia o agente al que el paciente es alérgico.
- Tratamiento con medicamentos para tratar los síntomas alérgicos.
- Inmunoterapia o vacunas para la alergia, que se utilizan en la rinitis, el asma, la alergia a veneno de himenópteros y recientemente en algunos casos de alergia alimentos. Con este tratamiento se consigue acostumbrar al cuerpo al alérgeno para que se tolere mejor el contacto con este agente “agresor”.
¿Cuándo consultar con un alergólogo?
Desde la aparición de los primeros síntomas alérgicos conviene consultar al alergólogo para que nos indique el tratamiento correcto y las medidas de evitación de los alérgenos causantes de nuestra enfermedad, con el fin de evitar que empeoremos y prevenir la aparición de nuevas alergias.
Fdo. Dr. Ramón Rodríguez Pacheco
Facultativo Especialista en Alergología.
Centro Dermatológico Estético.