Normalmente, se oye hablar de piojos cuando los peques de la casa vuelven al cole. Pero no sólo es en esta época cuando los piojos transitan por las cabezas de nuestros hijos. En primavera, con el aumento de la temperatura, suelen volver a aparecer brotes de piojos. Parasitos que generalmente se contagian en la escuela debido a la gran cantidad de niños que allí se concentran. Basta con que uno de ellos tenga los parásitos para que el contagio se haga generalizado. Por eso, un trabajo de prevención es lo más recomendable durante todo el curso escolar, tanto para prevenir como para evitar que la infestación de piojos se expanda.
Los piojos son insectos caminadores que parasitan al hombre. Les gusta vivir especialmente en su cabeza, pero pueden habitar el cuerpo o la ropa. Para no tener piojos conviene cuidar la higiene personal y lavar el cabello con frecuencia. No deben aplicarse colonias antiparasitarias de forma preventiva ya que si se usan de este modo los parásitos pueden hacerse resistentes frente a ellas.
Para evitar el contagio de piojos entre escolares es conveniente seguir una serie de pautas.
– En primer lugar es muy importante que los profesores presenten a los alumnos información completa y precisa sobre los piojos. Deberían insistir especialmente en cómo se contagian, qué síntomas indican una infestación de piojos y qué debe hacer el alumno si se encuentra algún piojo en su cabeza o en la cabeza de algún compañero.
– Si se detecta algún caso de piojos, se aconseja que la dirección del colegio informe de forma inmediata a los padres del niño afectado, para que ellos adopten las medidas pertinentes para eliminar los piojos y las liendres que pueda tener su hijo.
– Deberíamos evitar que prendas de vestir como gorros, bufandas, abrigos, uniformes deportivos que los niños suelen colgar en las perchas del aula estén en contacto directo. Los piojos no vuelan ni saltan, pero caminan rápidamente entre un elemento y otro.
– Hay que acostumbrar a los niños a que no compartan peines, cepillos, horquillas, gorros, abrigos, toallas, etc. Un solo niño que tenga piojos, puede contagiar a un elevado número de niños de su entorno.
– Los niños también deberían evitar el contacto de cabeza con cabeza. Las niñas deberían llevar el pelo recogido y los niños lo más corto posible.
– Se debe extremar las medidas de higiene tanto en el aula como en los pasillos, piscinas y demás dependencias del colegio. Fuera del cuerpo humano, un piojo es capaz de sobrevivir hasta 48 horas, incluso en el agua de la piscina.
– El cabello de los niños debería ser cepillado a diario, antes de ir al colegio.
– En casa también deberíamos extremar las medidas higiénicas en caso de infestación de cualquiera de los miembros de la familia.
Es preciso desmitificar que los piojos están relacionados con la falta de higiene de los niños. Es aconsejable que se aclare a los niños que los piojos no distinguen clase social, ni color de piel, ni el estado de higiene. Los piojos sólo necesitan del calor humano y de la sangre para sobrevivir y reproducirse.
Resumiendo, ante un brote, conviene inspeccionar la cabeza del niño. Si se rasca en exceso, pasaremos una liendrera o pinta (peine espeso) para localizar el foco. Se aplicará loción antiparasitaria en el cuero cabelludo y se cubrirá el mismo con una toalla o bolsa durante un par de horas. Después lavaremos el pelo con un champú normal y se puede dar un último enjuague con agua y vinagre (mitad y mitad). El vinagre ayuda a que las liendres se desprendan del cabello. Es muy conveniente que este tratamiento sea realizado por todos los miembros de la familia, aunque sólo uno sea el infectado.
Así pues, es importante, en caso de brote de piojos extremar las medidas higiénicas y seguir todos los pasos indicados, tanto en casa como en la escuela, pero lo más importante, como siempre es la PREVENCIÓN.